“Solo te pido que entres a mi casa con respeto.
Para servirte no necesito tu devoción, si no tu sinceridad.

Ni tus creencias, si no tu sed de conocimiento.
Entra con tus vicios, tus miedos y tus odios, desde los más grandes hasta los más pequeños.
Puedo ayudarte a disolverlos.
Puedes mirarme y amarme como hembra, como madre, como hija, como hermana, como amiga, pero nunca me mires como a una autoridad por encima de ti mismo.

Si la devoción a un dios cualquiera es mayor que la que tienes hacia el Dios que hay DENTRO de TI, les ofendes a ambos y ofendes al UNO.”

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares